La Virgen Inmaculada es la patrona de la Orden Franciscana, por ende, es una imagen obligatoria dentro de la representación mariana en este Convento de Quito.
Esta imagen, corresponde al boceto de la obra cumbre realizada en el año de 1734 por el Taller de Bernardo de Legarda y cuya original se encuentra en el altar Mayor de la Iglesia.
Esta imagen, a su vez, hace gala en una de los salones del museo. El modelo de la Virgen Quiteña, incorpora un nuevo concepto estilístico en la imaginería, que se refiere al de la “Virgen alada”, ahí radica su mayor aporte en cuanto a la representación de este dogma mariano.
Se trata de una Inmaculada diferente, cuyo movimiento “serpenteante” es su principal característica. Se trata también de una “Inmaculada apocalíptica” a saber de su iconografía basada en la descripción de Juan. (Ap.12) Sus alas y aureola son de plata repujada