BERNARDO DE LEGARDA
Escultor y pintor quiteño de enorme talento, Legarda destaca como uno de los artistas más inspirados y polifacéticos del Quito virreinal. Su actividad artística se sitúa en la primera mitad del s.XVIII. Como otros imagineros de procedencia indígena, se dedicó exclusivamente al arte sacro, alcanzando una soberbia calidad en sus obras, consideradas entre las más notables de la escultura barroca quiteña.
Algunos historiadores coinciden en afirmar que Legarda fue un artista muy talentoso y multifacético, cuyo talento fue requerido por casi todas las iglesias de la ciudad. Entre las disciplinas que cultivó en su taller figuran la ebanistería, la pintura, la impresión de libros, la platería y, por supuesto, la talla de retablos e imágenes piadosas. Las obras más importantes que se exhiben en el museo son: “Virgen Inmaculada de Quito”, ubicado en el retablo mayor de la Iglesia Franciscana; “Virgen de la Asunción”, talla en madera ubicado en el museo; y, el lienzo “Madre del Amor Hermozo”, obra atribuido a su taller, por algunos especialistas.
Bernardo de Legarda murió en su ciudad natal, Quito, el 1 de junio de 1773.